SAY FENIK

Querido Ezequiel: Anoche, cuando salia de tu espectáculo me preguntaba porque me gusto. Las respuestas, que pretendo que se enmarquen dentro de cierta objetividad, me confirmaron lo que había vivido como espectador. Sin la menor duda, el grupo de Uds.(¿como se llama?) tiene un cohesión, entrega y energía que desborda creativamente a lo largo de la obra. Tengo que intuir que es una creación colectiva, por lo se refuerza lo que te acabo de decir sobre la unidad que exhiben. Lo mas destacable es la obra teatral a mi juicio. La idea de una familia Punk, con un vocabulario y forma de decir imposible de entender sin su tratamiento escénico, la hace doblemente valiosa. Aparentemente, y solo muy aparentemente, alejada de nuestra realidad, vive, en sus múltiples significados, una autentica vida tucumana. Por eso la Casa Histórica que ofrece la postal, es muy adecuada. Los conceptos, los valores que se debaten hacen crecer a la pieza teatral a un nivel óptimo, trabados todos ellos en legítimos conflictos que hacen, como muy bien se ve en la obra, la escénica y el buen ritmo del espectáculo. Hay un examen de la familia, de la religión, de la autoridad, de la supervivencia, de la trascendencia mediante los proyectos de cada uno, que siempre están fundados en la ambición y el egoísmo, armonizados por la triste condición humana. De todo esto no solo están convencidos sino que lo hacen con eficacia, y mientras nos divierten nos obligan a reconocer nuestros limites. Las interpretaciones han sido parejas, aunque me permito destacar a Toscano que resulta imparable en sus ambiciones, deseos y reflexiones.

El músico Daniel Elias, me ha parecido de muy buen potencial. El Cirilo en contrapunto con su hermano, muestra aplomo. La unidad del vestuario, la participación de la música, que en la escena del ensayo de la banda logra su mejor nivel, hacen alentar muy buenas perspectivas. Ojala que se cumplan. Un cordial abrazo a vos y a todo el elenco. Alfredo.